Estanislao Torres Del Santo

El otro día fui a un local de la cadena Farmacity de la ciudad de Córdoba a comprar algunas cosas que andaba necesitando… Cada vez que concurro a la «parte farmaceútica» del local, la atención es excelente, pero da la casualidad de que los cajeros parecen profesar todo lo contario, especialmente las mujeres. La antipatía reina en la expresión de sus rostros y prácticamente ni saludan a los clientes, molestándose ante cada consulta, buscando cobrarles con la mayor celeridad posible aunque después no se sitúe nadie en la cola…

Debido a la pertinencia de mi profesión, no puedo ocultar que siempre que voy a un negocio, me fijo en cosas como éstas. En el caso de Farmacity, mi inquietud surge debido a la disparidad en la manera de atender a los clientes que observo entre farmaceúticos (que seguramente están en su salsa) y empleados de caja… ¿Cuál será la política de contratación de la cadena?… Farmaceúticos competentes y comprometidos, seguro, pero cajeros mmm…

Tendrían que revisar algo, seguramente, porque no hay correspondencia de unidad… no hay abocamiento a la cultura de la empresa, ni siquiera en un nivel mínimo respetable por parte de los criticados (como para simular siquiera, vio…)

En fin: «Proveer a la organización los Recursos Humanos necesarios, garantizando individuos con un desempeño superior alineados a los objetivos de Farmacity» es el lema que figura en el sitio web de la Compañía…

No quiero generalizar, por ahí en otras sucursales, el trato es diferente, pero episodios como el descripto podrían ser moneda corriente, y un sólo empleado, en una sóla situación, basta para «CARATULAR» de negativa a la imagen de una empresa…