Recientemente tuve la posibilidad de viajar y en el medio de todo lo que uno puede observar interpelado por una curiosidad apasionante, hice foco en temas en los que me desarrollo profesionalmente.

Siempre admiré y seguiré admirando la capacidad de disfrute que tienen los brasileños, en cómo viven el momento presente y en cómo se entregan plenamente a él. Un claro ejemplo fue una noche de Pagode con una banda en vivo en la bella Ilhabela (Litoral Norte del Estado de São Paulo).

Pese a todos los problemas que puedan tener, tal vez un poco menos que nosotros, claro está, conjugan mente, cuerpo, emociones y espíritu en el aquí y el ahora, el cual parece eternizarse a través del gozo y de la magnificencia.

Como espectador, es digno de apreciar, como participante, es sublime de vivir (me lo permitió mi profundo conocimiento del portugués).

La cuestión es que un tiempo después me puse a pensar que aquellos escenarios similares son más difíciles de encontrar en Argentina con cierta regularidad o constancia. Un entorno que nos asfixia y que nos presiona, una constante incertidumbre (ya sin pandemia) y un notorio discurrir de la vida en automático y sin chances para una profunda introspección, socavan esos instantes esplendorosos y felices, que, así y todo, son parte de nuestra propia responsabilidad y del estilo de vida que elegimos para transitar esta linda existencia. Justamente, esta es la buena noticia y muchos no se dan cuenta…

Al ignorar o ni siquiera divisar las señales que nos envía nuestro cuerpo, segregamos cortisol o adrenalina en exceso y nos estresamos y no encontramos sentido en lo que hacemos y por ende nos sumergimos en mecanismos de sustitución que nos brindan un placer efímero, pero no experiencial ni perdurable (ej: compras materiales, ver series en exceso, etc). No quiere decir que, en ocasiones, no disfrutemos de estas cosas, lo malo sobreviene cuando lideran nuestro tiempo y nos evitan pensar verdaderamente en nosotros mismos. Todo esto se va a potenciar si no nos apasiona lo que hacemos o no sentimos libertad en nuestro trabajo.

¿Podemos ser una sociedad que disfrute cuando tenga que disfrutar, que propicie y que construya micro momentos de emociones positivas para nutrir el día a día de nuestra vida? El humor social que se ve en la calle de una ciudad como Córdoba parece darnos una respuesta negativa.

Nuestros hermanos brasileños por ahora nos aventajan en cuestiones de alegría… No se despistan tanto. Prodigan el famoso carpe diem y son mucho menos prejuiciosos.

Si podés viajar, viajá, es y va a ser siempre la plata mejor invertida.

Wanderlust. #

#La etimología de Wanderlust nos lleva hasta la lengua germana. Wandern significa “vagar”, mientras que lust lo traducimos como “pasión”. Esto derivaría más tarde en el término anglosajón Wanderlust o lo que es lo mismo: pasión por viajar.

Publicado también en El Tribuno de Jujuy: https://www.eltribuno.com/jujuy/nota/2022-10-2-1-0-0-wanderlust-es-lo-mismo-que-decir-pasion-por-viajar

entrada-unilivre

Estuve hace algunos días en Curitiba. Por esa y otras razones no actualizaba el blog, ya que recién regresé a Córdoba hace alrededor de 10 días. Para más adelante, prometo un análisis detallado de como se vive en la Capital del Estado de Paraná, pero ahora, me encargaré de uno de los lugares que llamó mi atención de un modo muy particular… Me estoy refiriendo a la UNILIVRE (Universidad Livre del Medio Ambiente).

Este espacio localizado en el barrio de Pilarzinho es un sitio que difícilmente se pueda comparar con algún otro. Como sus propias autoridades la definen, la UNILVRE constituye un local de producción de conocimiento multi e interdisciplinario sobre medio ambiente y sustentabilidad urbana que desarrolla y ejecuta proyectos socio-ambientales y programas de capacitación para diversos públicos.

Se pueden tomar varios cursos en la Universidad, pero lo más impactante, es la belleza del paisaje que rodea a las aulas. Con una entrada que nos conduce por un encantador camino selvático y que culmina con extenso lago en el que puden encontrarse cisnes negros, varias especies de aves y otros animales (vi algo que podía parecerse a un pato anaranjado que nadaba por abajo del agua), nos encontramos con el edificio de aulas, construído con troncos de eucaliptos y otras maderas como cedro y cambará. ¡Cómo para no inspirarse!

Realmente, si van por Curitiba, pasen por la UNILIVRE, se los recomiendo, y si bien es un ejemplo en cuestiones de ecología, no podemos negar que el lugar se posiciona como una atracción turística de la ciudad y como un símbolo del Marketing Ambiental.

Creo que mucho más, no les puedo decir, tienen que verlo con sus propios ojos… Eso sí, no se queden con el cuento de que en Curitiba todo es color de rosas porque para nada es así… Pero eso será tema de un próximo artículo…

Foto: El autor de este blog en el camino selvático descripto.